“Esta experiencia ha sido algo que nunca olvidaré y de lo que solo saco cosas buenas. Gracias a todos los que han confiado en mí y sobre todo gracias por haberme dado esta oportunidad.”
Antes de contaros mi aventura de Erasmus en Toulouse también me gustaría comentar como empezó todo…
Mi nombre es Sandra, tengo 28 años y no estaba pasando una buena temporada cuando decidí apuntarme al ciclo superior de secretariado. Mi amiga Eli, que lo hizo el año anterior, me animó a ello y me dijo que sería lo mejor que me podría pasar. No se equivocó para nada.
Al principio era todo nuevo, “vuelta al cole” con mi edad; hábitos, libros, horarios, gente nueva, nuevas experiencias… No fue fácil pero valió la pena. Unos compañeros peculiares, de los que me llevo amigos; unos profesores estrictos, pero buenos, creo que los mejores que pueden impartir este curso, a los que les debo muchas cosas; no solo son profesores, van más allá de llegar y dar una clase. No solo he crecido profesionalmente sino también personalmente. Los que me tienen aprecio se han dado cuenta del cambio, me lo notan en los ojos y eso me encanta, vuelvo a sonreír de verdad, a creerme que valgo, a valorar las cosas importantes, pero sobre todo he aprendido a ser positiva y a darle una vuelta a mi mundo.
Conseguí aprobar TODO… ¡¡¡ Sííííííí !!! Fui hasta el último examen del último día de junio jajajajja! Y la tarde que colgaron las notas no me lo creía?, cuando me paré a pensar, me di cuenta de que, después de eso, ¡¡¡me iba de ERASMUS!!! A una de las primeras personas que llame fue a Bea, mi compañera en Decathlon, que se ha convertido en amiga, la que me ha aguantado desde el principio y con la que he compartido esta experiencia. Desde el primer día nos latía el corazón a mil cuando nuestra tutora nos propuso irnos fuera para hacer las prácticas, y había llegado el momento.
Me sentía feliz por haber superado el reto del curso, pero muy nerviosa, me daba mucho miedo irme, dejar un trabajo indefinido, independizarme de alguna manera y separarme de mi gente… Creo que hasta el día de antes de coger el avión dudéde si marcharme o no.
La verdad es que todo fue un caos desde el principio: hasta septiembre no sabíamos ni destino ni empresa, y prácticamente ni fechas, pero al final todo salió bien.
¿Toulouse? ¿Por qué no?, quizás porque en mi vida he estudiado francés..Jajaja! Ese es otro punto que hay que pensar, ya que cuando aterrizas en el país, te das cuenta de que no sabes nada de nada, que puedes entender palabras sueltas pero es muy difícil, y sobre todo la pronunciación, aunque creas que lo dices igual, ¡NO TE ENTIENDEN!
Lo más complicado para mí de las prácticas en el extranjero obviamente es el idioma, cosa que al principio es normal, pero considero que la búsqueda de un sitio donde vivir o llevar algo desde España es totalmente necesario. Nos sentimos perdidas, sin saber con quién hablar, a quien acudir, etc. Pero gracias a la gente con la que nos hemos cruzado conseguimos un sitio, nuestra maison, y todo lo que ha venido después ha sido una experiencia maravillosa.
Como cuando empiezas un trabajo nuevo siempre te cuesta más, las prácticas en una empresa y para colmo en un país distinto y con un idioma que no dominas es complicado…, pero todo se puede hacer si uno pone empeño.
Me ha tocado hacer todas las situaciones estudiadas durante el curso pero DE VERDAD. He tenido mucho trabajo y muy importante, y me he sentido una más en la oficina. He conocido muchos lugares preciosos y compartido con mucha gente distinta, he aprendido un poquito más de la vida y de mí misma.
Sandra Pedrero, SECRETARIADO