Mi experiencia Erasmus

Por María Sánchez. 3 de julio de 2013

Bruselas

Todo comenzó en el invierno de 2012. Un profesor del instituto nos comentó que fuésemos pensando si el año siguiente para hacer las FCT nos gustaría ir de Erasmus a algún país de la UE. Al principio sentí un nudo en el estómago, pues por una parte sabía que sería bueno para mi futuro, pero por otra es una experiencia que impone. Finalmente valoré los pros y contras y me lancé a la piscina y dije que sí.

Durante el verano estuve intentando mejorar mi inglés para poder acceder a dicha beca, e intentando hacerme a la idea de lo que iba a ocurrir. Tampoco quería hacerme muchas ilusiones pues todo está muy complicado, y ni siquiera sabíamos si habría becas o no. Pero al final llegó enero y me la concedieron. Ya estaba tan decidida que estaba por irme aunque fuese con mis ahorros.

Llegaría a Bruselas en abril, pero llevaba meses buscando alojamiento, y no salía nada concreto, hasta que una chica del instituto, que ya había ido el año pasado, me ayudó y me dijo que en su misma casa había una habitación libre, asique en ese sentido tuve mucha suerte.

Cuando llegué a Bruselas estaba muy nerviosa, tenía muchas inquietudes de todo lo que iba a pasar, pero todo fue sobre ruedas.

Llegué a principios de abril y fui a mi nuevo hogar. Los arrendadores eran un encanto y te ayudaban en todo lo que podían. La casa era estilo kots, que son casas con habitaciones independientes y compartes baño y cocina. Y todo estaba genial, mejor de lo que podía imaginar, y la gente era maravillosa, enseguida congenié con ellos y eran un gran apoyo.

Llegó el día de ir a la empresa y hacer las prácticas. Todos me acogieron con los brazos abiertos y muy atentos de si necesitaba cualquier cosa, y rápidamente ya estaba metida en la rutina de un trabajo, como si estuviese en mi ciudad, y comprendí que se puede empezar de cero en cualquier lugar.

Las primeras semanas se hacen duras, es algo que ya habréis escuchado en algunas ocasiones, pero realmente lo descubres cuando lo vives, no lo imaginas hasta ese momento. La gente te dice “tranquila es al principio”, “es normal que no te sientas bien”, etc., pero en esos momentos piensas en qué me he metido, y crees que no vas a tener fuerzas para estar en un país extranjero, sin tu familia y amigos, hablando en otro idioma, en calles desconocidas…. Pero en unos días comienzas a notar que te encuentras cómodo, no sé cómo pero de pronto tienes ganas de salir, de hablar, de hacerte entender, y de conocer gente maravillosa, que no es tiempo de lamentaciones, que es poco tiempo y hay que disfrutarlo al máximo.

Y de esa forma cambias el chip, y sales entras, conoces zonas turísticas, otras no tan turísticas, parques, cervecerías, gente…

La ciudad de mi Erasmus fue Bruselas, y es una maravilla, tiene mucha vida, o por lo menos en primavera que es cuando yo llegué. La gente te acoge con los brazos abiertos, y todo el mundo hace por entenderte y ayudarte.

Apenas he llegado a Madrid y ya echo de menos sus maravillosos parques y a la gente disfrutando cada día que hace sol para estar con amigos en ellos y sonreír a la vida.

Además, aproveché para hacer mucho turismo y patearme Bruselas entera, y viajar a los maravillosos lugares de Bélgica, como Brujas, Gante, Amberes, Dinant, Malinas, Louven…. Todos ellos lugares de cuentos de hadas, preciosos lugares que nunca olvidaré.

Mi motivo principal por el que fui de Erasmus es porque quería mejorar mi inglés y, aunque no es el primer idioma que se habla en Bélgica, puedes practicarlo, yo considero que sí he mejorado y he aprendido a desenvolverme en otro idioma y en otro país, porque al final no te queda otra. Es imposible explicar en pocas palabras todo lo vivido.

La valoración final que hago es muy positiva. Aprendes a valorar muchísimas cosas de las que a diario no eres consciente y te hace madurar. Me siento muy afortunada de haber vivido esta experiencia y haber recogido buenas sensaciones por el camino, porque como he dicho antes, por mucho que la gente intente explicarte no sabrás lo que es hasta que no lo vivas, asique haz como yo y lánzate a por todas. Si tienes la oportunidad, no la dejes pasar, pues no habrá otra.

Dejo algunas fotos de mi experiencia.

Maneken Pis
Maneken Pis

 

Bruselas
Bruselas
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